miércoles, 3 de diciembre de 2014

¿Qué dicen tus modales de ti?

En esta era del internet, las mejoras tecnológicas y los increíbles logros humanos, la palabra etiqueta, modales o protocolo nos suenan antiguas y hasta pasadas de moda; incluso las llegamos a asociar a reglas tontas hechas sólo para gente estirada que pretende ser lo que no es. Sin embargo, no me dejaran mentir, que bien nos sentimos cuando alguien nos detiene la puerta para pasar, cuando recibimos las gracias o hasta cuando una persona nos devuelve la llamada o nos cede el paso en la calle. Estos ejemplos cotidianos, son lo que algunos asocian con la frivolidad, estos ejemplos hablar del protocolo, la etiqueta y los tan valiosos modales.
            Aunque suene aburrido y algo de antaño, ser educado y saber comportarse, dependiendo de las circunstancias en las que nos encontremos, siempre hablará bien de nosotros y transmitirá una imagen positiva de nuestra persona. Los buenos modales, son el toque distintivo de la personalidad de cada uno, con ellos irradiarás elegancia, naturalidad, sencillez y mostraras tu buena educación. En un principio, puede que no parezcan de suma importancia, sin embargo los bueno modales son necesarios para vivir en sociedad y por ello, hay que procurar que se conviertan en habito, que no requieran esfuerzos ni reflexión, que queden absolutamente integrados en la personalidad de cada uno. Tener buenos modales, o comportarse de un modo aceptable y respetuoso, demuestra cuidado y consideración por los demás y puede ayudarte a tener mejores relaciones con la gente que conoces o con aquellos a los que vas a conocer.
            Lo cierto es que la buena educación es lo mismo ahora que hace un siglo y primordial en las relaciones humanas; sin embargo en una sociedad en constate transformación no se pueden establecer normas fijas de etiqueta que de ninguna manera podrían ser universales, ya que los buenos modales dependen en gran parte de las costumbres, de los hábitos y ambientes; pero que sea difícil regular un código común para todos los grupos y ámbitos sociales no quiere decir que haya que renunciar a las buenas maneras y seguir un acuerdo generalizado imprescindible.  Entre estos acuerdos encontramos un sinfín de reglas que  van desde el comportamiento en la mesa o en eventos formales hasta en el correcto uso del transporte público y cada uno de estas nos ayudan como personas a mejorar y mantener nuestra imagen y reputación. Sin embargo entre las básicas podemos encontrar:
            * Saber saludar y despedir: un gesto de cortesía que se debe hacer a todo el mundo, este puede variar en función de la relación y cercanía que se tenga con la o el grupo de personas.
            * Saber presentar: ya sea en cuestión social o laboral es preciso hacer presentaciones de personas, esto hablará bien de ti como anfitrión entre dos personas que no se conocen.
            * Saber hablar y escuchar: las conversaciones son un eje importante en las relaciones sociales y laborales; y por lo mismo estar atengo a lo que dicen los demás hablará muy bien de ti.
            * Saber vestir adecuadamente: el vestuario es la mejor tarjeta de presentación de una persona. Cambiar una mala impresión es bastante difícil, por lo tanto hay que saber vestir de forma correcta en función al cómo, cuándo y dónde.
            * Ser puntual: la puntualidad dicen “ es la cortesía de los reyes”. Ser impuntual significa hacer esperar a otras personas, hacerlas perder un tiempo que no deberían malgastar; la puntualidad es el reflejo del interés.
            * Ser respetuoso, cordial y amable: Las personas tienen sus ideas, creencias y formas de ver las cosas y todo es respetable, tratar a la gente bien no tiene ningún costo, al contrario traerá a tu persona grandes bonificaciones. Una frase mal dicha, un gesto grosero, un tono de voz inadecuado son formas no favorecerán en nada a tu imagen.

            Aunque el tema del protocolo, la etiqueta y los buenos modales parece caído en el olvido; cabe mencionar una frase de Confucio “La naturaleza de los hombres siempre es la misma; lo que les diferencia son sus hábitos” y por ello, no tirar un papel al suelo, hablar de forma correcta, dar los buenos días o respetar el mobiliario es una forma de vida, por favor y gracias son palabras mágicas que nos abrirán miles de puertas, y actuaciones como estas deben inculcarse a todo el mundo, convertirse en habito, para así no solo mejorar nuestra imagen sino también ir creando una reputación que al vernos no duden en decir “¡Que buenos modales tiene esa persona!”

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